Marcos es un regalo. Inmerecido.

Por alguna razón le resultan simpáticos los curas y no hay celebración en domingo en la que no salga de entre los bancos para dar la paz, ni que se marche a casa sin un abrazo y un beso.

Los últimos meses ha sido algo más sencillo, porque ya sabe andar y no se acerca poniendo en juego las reglas gravitatorias y su propio equilibrio.

Está muy contento porque es hermano mayor desde este verano: ¡Y de dos gemelas a su cargo!

El domingo, como siempre, porque dos años de algo bonito lo convierten en siempre, se acercó para el beso y abrazo dominical.

"Quiere decirte dos cosas" -anticipa mamá-.

-"¿Qué me tienes que decir, Marcos?"-

-"La primera... que ya sé quitar el tapón de la leche para ayudar a mamá con las niñas...

La segunda, que tu mamá está bien en el cielo, y que está con mi abuela Pilar".-

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One Response so far.

  1. alr says:

    Muchas gracias al blog por la información presentada, bendiciones para todos.

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