Cuando tus aguas se serenen, volveran a reflejar la luz de la luna

Por distintos senderos una misma búsqueda: que todos disfruten la vida y lo puedan hacer en abundancia ... absolutamente todos.

Publicado jueves, 24 de abril de 2014
Save The Children ha publicado, recientemente, un informe en el que se evalúa la situación de la pobreza infantil.

Podéis leerlo en el siguiente enlace. Los datos tienen que hacernos pensar a todos sobre el modelo social que sustentamos y activar nuestra creatividad pascual para hacer «las cosas nuevas».

http://www.savethechildren.es/docs/Ficheros/670/Informe_Pobreza_infantil_y_exclusion_social_en_Europa.pdf
Seguir leyendo
Publicado domingo, 20 de abril de 2014
El viernes vinieron a vernos dos amigos a la parroquia. Queríamos poner nombre y rostro a las cruces que vivimos en la actualidad.

Ellos nos permitieron conocer la experiencia de las migraciones desde una perspectiva distinta a la acostumbrada en los medios de comunicación.

Recogí las frases principales y os las ofrezco porque experiencias así deberían ayudarnos a aprender de ellos el alcance de términos como «emprendimiento», «lucha», «dignidad» y actitudes que llevan a uno a pensar lo educativo que sería que muchos de los jóvenes europeos tuvieran que emprender estas aventuras, de no ser por el inaceptable precio de las muertes y de los sufrimientos acarreados por las mafias y la falta de hospitalidad.

Son testimonio de los caminos a recorrer para llegar a Galilea.

https://twitter.com/Josema_Aparicio
Seguir leyendo
Publicado jueves, 10 de abril de 2014
Hace pocos días tuve la suerte de visitar Soria y de disponer de un rato para acercarme a Vinuesa, enclave precioso y lugar donde «entrar descalzo» por lo sagrado de los recuerdos.

En la puerta del antiguo seminario volvieron a mí las imágenes y colores de un campamento, hace ya algunos años. De entre todos ellos emergió con especial fuerza el de quien era, por aquél entonces, solo una niña de diez años. Impropiamente madura para su edad. Especialmente responsable y servicial. Y dotada de una especial sensibilidad, quizá fruto de sufrimientos en exceso tempranos, para el reconocimiento de claves importantes que otros simplemente obviarían.

Era la tarde del siete de julio. Inolvidable por las dramáticas noticias del atentado de Londres. Pero la vida continúa y había que ir a comprar. Mientras sacaba el coche se dio cuenta de que la puerta de la finca estaba cerrada y dejó el juego para abrirla.

-«Siempre tan atenta».

-«En lo que os podamos ayudar... los monitores estáis siempre pendientes de nosotros, ¡qué menos!...».

- «Algún día te tocará a ti».

-«Ummm, eso espero..., me encantaría pero aún me quedan... ¡ocho años!».

Nuestros caminos se separaron tiempo después, pero no lo suficiente como para que no pudiéramos seguirnos de reojo.

Siete veranos después volvimos a cruzar los senderos en un curso de formación de tiempo libre. Ocho veranos después me hablaron de su estreno como monitora, de su especial desvelo por los críos... En definitiva que aquella promesa se había cumplido.

En mi corazón dos oraciones. Una de agradecimiento por la contemplación de promesas que se cumplen, de proyectos que no quedan difuminados por el paso del tiempo; en un mundo tan variable, cambiante y olvidadizo como el nuestro. Quizá sea cierto que para alcanzar determinados niveles vitales haya que seguir siendo como niños.

La otra oración, a través de la poesía de Gabriel Celaya quien puso palabra al excelso arte de la educación:

Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.
De regreso a casa, mediciones, pesajes y nuevos equilibrios, mientras Dios dé fuerzas para ello.


Seguir leyendo