Cuando tus aguas se serenen, volveran a reflejar la luz de la luna

Por distintos senderos una misma búsqueda: que todos disfruten la vida y lo puedan hacer en abundancia ... absolutamente todos.

Publicado miércoles, 30 de noviembre de 2016
Un tercer punto de vista.

Un análisis de la desigualdad económica en España desde una voz acreditada: Luis Ayala.

Páginas 47 y ss.

https://www.accioncontraelhambre.org/sites/default/files/documents/32.pdf
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Publicado martes, 29 de noviembre de 2016
Me preocupan las noticias que no aparecen.

O reflejan desidia, o reflejan egoísmo, o intereses larvados.

Un ejemplo de aquello que no llega.

http://blogs.periodistadigital.com/enclavedeafrica.php/2016/11/25/africa-la-maldicion-de-la-fragmentacion
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Publicado lunes, 28 de noviembre de 2016
Según este otro estudio, sí parecen verosímiles las hipótesis de Cáritas y de las asociaciones del tercer sector.

Que nadie caiga en la tentación de despreciar el debate bajo la escusa de la prensa tendenciosa, o las manipulaciones de los medios. El tema es de relevancia y nos jugamos mucho. Y en la discusión todos los inteligentes aprenden.

http://www.elconfidencial.com/economia/2016-11-25/desigualdad-pobreza-renta-ingresos-ocde-indice-gini-tasa-de-pobreza_1295053/
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Publicado sábado, 26 de noviembre de 2016
Erase una vez un directivo de banca con el corazón lleno de verdades y lleno de sueños.

Las verdades le mostraron un camino de salida. Incierto, nebuloso, amenazante... como sus amadas montañas pirenaícas en las que las rodillas dejan de ser vacilantes y se robustecen.

El montañero no es un ser solitario, motivo por el que quiso que su travesía hacia la tierra prometida de un nuevo empleo fuera compartida.

Mientras creaba su nuevo proyecto empresarial quiso que otros comprendieran que el paro no es condena sino un trabajo peculiar: «vuestro trabajo, y de 8 horas diarias, es encontrar empleo».

Ya son tres años de la Lanzadera de Talento. Un proyecto de vocación eclesial, que tiene sus raíces en la eucaristía que exige enfrentarse a las causas de la pobreza y la injusticia, que encuentra en la meditación y la oración, la fuente en la que sostener sinsabores y miedos paralizantes.

Un proyecto que refleja a una iglesia que trabaja con exigencia, de manera discreta, sin aspavientos ni reclamos ideológicos. Cuyo testimonio es la cercanía, la comprensión, la eficiencia, la lucidez y el signo de proyectos creíbles.

Ayer el Ayuntamiento quiso premiar los esfuerzos. Que nadie los entienda como personales porque el protagonista los rechazaría. El premio solo adquirirá sentido en su gramática: como mucho, el liderazgo de un proyecto de muchos, de encuentros, de esfuerzos solidarios, de comunidad.

Me alegro por el premio. No por el montañero, porque los merecería de más renombre por sus capacidades profesionales. Y los más relevantes, los tiene concedidos a diario en su hogar y en las calle en cuanto sus amigos tenemos ocasión de expresarlo.

Me alegro porque este premio es reconocimiento a la Iglesia que soñamos. Callada, discreta, de desiertos que deben ser recorridos con mucho y exigente trabajo. En la que predican los que se acercan, no tanto quienes la habitan. Estos, lo hacen con su oración, con su cercanía y haciendo verdad que el amor es creativo hasta el infinito, especialmente con los más necesitados.

Desde la cima de una montaña, siempre aparece otra que pueda ser recorrida. En el corazón, la sabiduría de las verdades que lo eran y el aprendizaje de la última ascensión. Las rodillas, preparadas para otro ascenso. Los sueños, más fuertes que nunca.

https://lanzaderadetalento.com/
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Publicado jueves, 24 de noviembre de 2016
Con motivo de la recepción del Premio Príncipe de Asturias, Leonard Cohen ofreció un bellísimo discurso -ejercicio sublime de narratividad y de elegancia- para mostrar el alcance de la memoria como práctica de la gratitud.

Todo, en 5 minutos.

https://www.youtube.com/watch?v=Zzyw075cOSE

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Publicado miércoles, 23 de noviembre de 2016
Se trata de un baremo que sirve para medir la desigualdad.

https://www.youtube.com/watch?v=4_P3Dxs16lc

Mi amigo Quique, inteligente, iluminador y siempre provocativo, me hizo llegar ayer un interesante artículo que discute con las hipótesis que sostienen las asociaciones del tercer sector -también Cáritas- acerca de la desigualdad como principal problema en el contexto actual.

http://elpais.com/elpais/2016/11/02/opinion/1478079292_689770.html?id_externo_rsoc=whatsapp

La discusión está hecha para acoger otras voces y para enriquecerse con ellas. Discutamos.


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Publicado martes, 22 de noviembre de 2016
Esta mañana uno de mis alumnos me ha dado a conocer la página web de los dominicos, que yo no conocía, y una película muy interesante sobre Fray Antonio de Montesinos y la defensa de los derechos de los aborígenes.

Me parecen dos recursos privilegiados. El primero para el conocimiento y la lectura. El segundo para meditar en un tema tan relevante, así como recurso pastoral.

Página web.
http://www.dominicos.org/grandes-figuras/personajes/anton-de-montesinos/tambien-la-lluvia

Película.
https://vimeo.com/43191063

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Publicado lunes, 21 de noviembre de 2016
Mi compañero Juan Iglesias, del Instituto de Migraciones de la Universidad Pontificia Comillas ha publicado un artículo este fin de semana sobre líneas de actuación en relación con la integración de migrantes.

http://politica.elpais.com/politica/2016/11/17/actualidad/1479396830_643814.html
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Publicado sábado, 19 de noviembre de 2016
Como todo gigante ha de ser derrotado a pedradas. Conscientes de las posibilidades de tan pequeño proyectil pero, con mayor motivo, más enérgicas y certeras.

En la parroquia tiramos todas las posibles. Desde luego no a tontas y a locas, pero a este gigante tan abrumador y causante de tanto dolor hay que atacarle siempre que sea posible.

La Lanzadera de Talento es un proyecto que ya cuenta con un recorrido de tres años y que quiere ser un impulso y un estímulo para aquellos cuyo trabajo consiste, ahora mismo, en encontrar empleo.

Sus pequeñas piedras fueron valoradas por el Ayuntamiento y trabajamos en estrecha colaboración con ellos.

El próximo jueves organizan un evento dirigido al tejido empresarial con objeto de dar a conocer los esfuerzos y trabajos y, sobre todo, los perfiles de las casi 30 personas vinculadas ahora mismo a esta búsqueda de empeño.

Y el viernes, preparamos la siguiente pedrada.


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Publicado martes, 15 de noviembre de 2016
Ayer se presentó en prensa el último informe sobre libertad religiosa.

Las conclusiones no son halagüeñas.

http://religious-freedom-report.org/es/home-es/

Han preparado un vídeo explicativo.

https://www.youtube.com/watch?v=HAcVksBhAUU&feature=youtu.be
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Publicado lunes, 14 de noviembre de 2016
Seguramente muchos ya le conoceréis, pero yo no dejo de admirar este tipo de vidas.

Cada día tengo más dudas sobre el alcance de la categoría «discapacidad». Con el paso del tiempo me parece que la verdadera pregunta es acerca de cuál es la mía.

https://www.youtube.com/watch?v=73g_WNJJG7c
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Publicado sábado, 12 de noviembre de 2016
Ayer se sucedieron dos conversaciones que convergían, en los elementos de profundidad, en la relación de los cristianos con la política y su presencia en ella.

El tema es largo y complejo. Pero, para quien esté interesado en meditar sobre la cuestión, pueden servirle estas referencias.

Alguien podría esperar de este post una serie de valoraciones y de recetas frente a esta invitación a leer. Quizá el primer compromiso del cristiano ante esta política sea esa: completar el vacío de lectura y pensamiento.

Julián Marías: los cristianos ante la política.
http://elpais.com/diario/1976/12/07/opinion/218761209_850215.html

Pablo VI: Cristianos y vida pública.
http://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/apost_letters/documents/hf_p-vi_apl_19710514_octogesima-adveniens.html

Sencilla introducción a la «democracia cristiana».
http://redisa.ucla.edu.ve/Diplomado%20Liderazgo/2do.%20M%C3%B3dulo%20Liderazgo/Democracia%20Cristiana.pdf


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Publicado jueves, 10 de noviembre de 2016
En estos días me han preguntado en varias ocasiones por el populismo como concepto político. Hay coincidencia en la dificultad de precisar una categoría polisémica y ambigüa.

Este artículo me gusta por lo sencillo y manejable, al tiempo que acertado en las valoraciones.

Quizá pueda ser de ayuda para quienes quieren comprender mejor el fenómeno.

http://biblioteca.itam.mx/estudios/100-110/103/RobertoGarciaJuradoSobreelconceptodepopulismo.pdf
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Publicado miércoles, 9 de noviembre de 2016
Me han preguntado varios alumnos por el sistema de elecciones y su significado.

Este resumen está muy bien hecho.

http://www.eleconomista.es/especiales/elecciones-estados-unidos/sistema-electoral.php
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Publicado domingo, 6 de noviembre de 2016
Comparto una reflexión de Carlos González. Maestro para mí en el vínculo entre trabajo y crecimiento personal.

http://capitalhumano.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAAAAAAEAMtMSbF1jTAAAkNDUwsTC7Wy1KLizPw8WyMDQzNDA0MLtbz8lNQQF2fb0ryU1LTMvNQUkJLMtEqX_OSQyoJU27TEnOJUtdSk_PxsFJPi4SaUJCYV-2QWl9h6AAnHdLf8olxVIxMAhm6XXHoAAAA=WKE
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Publicado sábado, 5 de noviembre de 2016
Cada día me gusta más la historia y la actualidad, últimamente, nos ha invitado a girar la cabeza para entender nuestros símbolos.

Muy recientemente, la famosa Cruz de Borgoña.

http://www.expansion.com/economia/politica/2016/10/27/5811c1dc46163fed6f8b4596.html
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Publicado viernes, 4 de noviembre de 2016
«¿Ves, Momo? A veces tienes ante ti una calle que te parece terriblemente larga que nunca podrás terminar de barrer. Entonces te empiezas a dar prisa, cada vez más prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle sigue igual de larga y te esfuerzas más aún, empiezas a tener miedo, al final te has quedado sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Así no se debe hacer. Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, ¿entiendes? Hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Entonces es divertido: eso es importante, porque entonces se hace bien la tarea. Y así ha de ser. De repente, se da uno cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta de cómo ha sido, y no se queda sin aliento».

Michael Ende. Momo
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Publicado miércoles, 2 de noviembre de 2016
El capítulo 18 del libro del Génesis recoge un trascendental pasaje al que casi nunca se le ofrece la relevancia necesaria.
Abraham y Sara ya han recibido la promesa de una gran descendencia, pero aún no se ha ejecutado. El autor del relato presupone que queda una "última prueba". Esta llega sin previo aviso. Abraham descansa en la puerta de la tienda. El autor señala que a la hora de mayor calor para reforzar la situación de dificultad de tres exóticos personajes que se dirigen por un camino que, por el contexto del relato, debería acabar conduciendo hacia Sodoma: el icono de todos los valores contrarios al judío.
En la tensión entre el significado de Sodoma y el del calor, el corazón de Abraham se inclina hacia el segundo y ofrece una cálida acogida a los tres caminantes. El texto quiere, así, generar un interrogante por las motivaciones de Abraham. Su condición como peregrino, sabedor de las inclemencias del camino y sus exigencias genera un lenguaje común por encima de identificaciones étnicas o nacionales.
La acogida se torna fiesta. Abraham sacrifica un ternero cebado y prepara la mesa. En el transcurso de la cena los tres viandantes se convierten en mensajeros de Dios: Isaac nacerá, la acogida era la última exigencia para que la bendición de Dios se desatara definitivamente. Así, en Mambré, el encinar es el espacio en el que la voluntad de Dios puede cumplirse con la colaboración humana unidas en el proyecto más bonito que puede ser vivido.
Desde entonces han crecido muchos encinares, no solo ya en Mambré. No tantos como los que son necesarios pero aseguran que la voluntad de Dios puede cumplirse por la disposición del espíritu y de las actitudes de quienes los regentan.
Cada parroquia debería ser un encinar, pero hay aún algunos eriales y no en todas hay suficiente sombra, pero en ello estamos. Y en movimientos, casas, comunidades religiosas, van brotando las encinas donde cobijarse y disfrutar.
En nuestra peregrinación hemos recorrido muchos encinares. En La Línea de la Concepción, uno especialmente sobrecogedor. JMV es una asociación laical juvenil que procura la formación de sus socios en el carisma de Vicente de Paúl y Luisa de Marillac, que busca encontrar a Dios en la experiencia de la lucha contra la pobreza.
Y lo cumplen. Allí pudimos conocer la escuela de verano en la que acogen a más de 80 niños del barrio de la Atunara que ya es menos deprimido, en parte, por su gran esfuerzo en estos últimos quince años.
Por la tarde pudimos conocer el proyecto "Cerca del Hogar" que hace del encinar un hogar para los menores que cruzan el estrecho en patera. Allí pudimos conocer los doce intentos de Mohammed y las historias de Nordin y Mohammed que requieren su espacio propio.
El proyecto y el trabajo realizado es deslumbrante pero es más comprensible pasando un día con ellos que con la mera visita.
Nos recibe Virginia, que años atrás fue parte de esta comunidad y que estos días estaba de paso. Como la casa es común, se siente autorizada para conducirnos hacia donde nuestro alojamiento. Bastaron unas llamadas de teléfono para encontrar su aprobación en las fechas previas a la actividad y, en nuestra preocupación por molestar lo menos posible creamos los únicos y enternecedores desajustes: el primero, encontrarnos unas salas con unas cómodas literas cuando habíamos pedido una sala para sacos y esterillas. Despertaron un espontáneo grito de júbilo en los peregrinos quienes, tras una noche en autobús, estaban mejor capacitados para valorar el lujo de un colchón.
El segundo, tener que desayunar por segunda vez. Nosotros veníamos con un café y magdalena en el primer bar abierto. Ellos lo tenían preparado como exigencia de su vocación hospitalaria.
La cercanía, el cariño, los gestos de naturalidad, la implicación de todos los participantes en el proyecto, su interés y preocupación se convierten en denuncia. En un encinar hay muchas cosas que hacer y que son necesarias. Y es posible que, con la mejor intención, el encinar deje de serlo por querer conservarlo y dejar pasar a los viandantes cercanos.
Nuestros chicos se suman a la zumba de los acampados y a los talleres de trabajo organizados. Luego nos marchamos a Tarifa.
A nuestro regreso se percibe animación y mucho ruido de cacharros en la cocina. Me extraña dado que los acampados marchan tras la comida y, entonces, de nuevo la idea del encinar me hace alcanzar una intuición.
Queda corroborada al ver que Fatiha, una de las cocineras, dirige las maniobras que conduzcan hacia un típico cous cous marroquí. Me produce hasta cierto sonrojo. Están preparando una cena especial, porque sí, porque hemos venido a visitarlos, por poder estar juntos, en un exceso de generosidad que no puede dar con otro sentido sino el de ofrecer la misma acogida que Dios querría. Se han acercado muchos de los migrantes que vivieron aquí su primera etapa de acogida y que años después siguen sintiéndola como su hogar, acreditando la legitimidad del nombre del proyecto.
Compartimos un diálogo de experiencias, compartimos la mesa y compartimos alegría y amistades recién estrenadas.
Por la mañana, como ya me esperaba, rechazaron cualquier tipo de compensación económica, ni siquiera bajo razón de bienes compartidos: sería devaluar el significado de un encinar.
Aún el día siguiente, camino de Melilla, llamadas para interesarse por la marcha de todo.
Nos vamos impresionados por la transformación social que un centro puede llegar a provocar en una barriada con proyectos certeros, tiernos y exigentes. Nos vamos sobrecogidos por conocer la casa de tantos emigrantes que han logrado encontrar el impulso y el calor que necesitaban para encontrar su trabajo, emprender su negocio y saber que allí siempre serán llamados por su nombre. Nos vamos conscientes de que hemos contemplado a Dios en este encinar y sus habitantes.
Nos llevamos el reto y la obligación espiritual de hacer crecer nuestro encinar en Tres Cantos.

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Publicado martes, 1 de noviembre de 2016
El jueves 11 de agosto amanecimos en Melilla para completar nuestra panorámica sobre estas periferias. En un escenario que se antoja exótico para el recién llegado de la península por el mestizaje y el colorido de las cuatro culturas presentes en la ciudad.
               Mañana para visitar el CETI (Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes) y tarde para un peculiar “retiro-paseo” por la valla que hace las veces de frontera entre España y Marruecos: no nos equivocamos en la elección.
               Hay cuatro pasos fronterizos entre Melilla y Marruecos. El de Beni-Enzar es uno de los más transitados de toda África y es un enjambre de coches, bicicletas, peatones y situaciones variopintas. El llamado del “barrio chino” ofrece un terrible espectáculo los días en que las porteadoras vienen desde Marruecos arrastrando sus fardos con los productos con los que ganan su vida en la compra-venta, con cargas que podrían ser excesivas hasta para un mulo. El más al norte, el de Mariouari, permanece cerrado durante el verano y es accesible solo durante el curso escolar para facilitar el tránsito de niños marroquíes escolarizados en Melilla. Más o menos a la mitad de la valla, el de Farjana, permite el tránsito hacia la población del mismo nombre que es aneja a Melilla. Lo escogimos como inicio para nuestro retiro-meditación.
               Para acceder a él es necesario alcanzar el CETI, por lo que en el viaje de la tarde nos resultó casi conocido. Frente a la puerta de acceso al CETI se abre un grotesco y doloroso espacio: un campo del golf. Los jugadores han de ser certeros dado que un mal pat daría con las bolas en Marruecos. La valla sirve de fondo para un tupido césped verde que contrasta con el gris y la suciedad de la población marroquí, al otro lado de la valla, cuyas calles son de arena. La calle se va aproximando hacia el paso fronterizo al mismo ritmo que incrementan los descampados, no exentos de basura, mientras se flanquean los linderos del campito de golf. El contraste dio lugar a una famosísima fotografía de José Palazón, activista y fotógrafo, quien logró la terrible instantánea de los jóvenes subsaharianos subidos en lo alto de la verja, como suerte de improvisado público para los golfistas. No pudieron acompañar su destreza con aplausos dado que habrían caído de su refugio.
               El tránsito por esta calle me genera repulsa. Y una sensación creciente de frustración y rabia por lo grosero del contraste como icono de las profundas desigualdades entre sociedades tan cercanas.
               En la puerta del paso de Farjana, se acumulan los vendedores ambulantes de fruta y otros productos. En este punto, seguir hacia el sur es aproximarse a las instalaciones del aeropuerto. Nosotros los hacemos al Norte, hacia el mar, por el arcén de una carretera que recorre en paralelo la valla hasta su fin.
               Los primeros metros imponen un silencio súbito entre los peregrinos sin necesidad de acuerdo previo: basta la fuerza de lo que observamos. Técnicamente, cuatro verjas. Una primera de unos 2 metros de alto presidida por las famosas concertinas que no son sino una hilera de cuchillas imponentes. La segunda, la más alta, unos cuatro metros, con las barras inclinadas hacia suelo marroquí para dificultar su acceso. La tercera, algo más esbelta genera angustia por el cúmulo de barreras mientras uno no puede evitar empezar a diseñar una teórica estrategia acerca de cómo podría ser salvada semejante muralla. Una cuarta, completa el conjunto con los fosos intermedios. Cada ciertos metros, unas puertas permiten el acceso a las zonas interiores, se entiende que para rescatar a los heridos, aunque es posible que también en ocasiones para practicar las “devoluciones en caliente”.
               Me dicen que la visita a Auswitch impone un silencio profundo que da acceso a una profunda emoción en la que uno parece poder empatizar con el sufrimiento allí vivido. Creo que me impresionará menos cuando tenga ocasión de conocer aquello. Nuestros jóvenes marchan de forma desordenada seguramente por la participación en este sobrecogimiento. Aquél se echa las manos a la cabeza mientras camina despacio. Otro mira hacia atrás tratando de hacerse cargo de los cientos de metros geométricos con el horror de estas vallas. Otro se ha detenido con la mirada perdida.
               Se ha puesto cuidado en la limpieza de las vallas eliminando los restos de pasados asaltos. Pero la extensión de tan grande que es posible reconocer alguna prenda y sus girones y alguna zapatilla perdida. El resto, plásticos que el viento ha ido arrojando contra esta red.
               Si uno cierra los ojos, el lugar es tan elocuente que parece posible imaginar los gritos y el nerviosismo en estas vallas. La angustia desesperada de los emigrantes, dispuestos a pagar el precio que sea necesario; y la tensión de los guardias civiles encargados del rechazo de la avalancha: no quisiera que esta tarea le tocara a ninguno de los muchos amigos que tengo en el cuerpo; me consta que la tensión entre el deber que ha de ser cumplido y la compasión por las circunstancias de los emigrantes puede llegar a ser insufrible. El sábado, en Nador, nos presentaron a un chico con doble fractura en la pierna, fruto de los golpes de las porras, que fue devuelto por una de estas puertas al grito de “ya te curarán en Marruecos”. Esta es la realidad contemplada en este viaje y ojalá Dios conceda el consuelo a quien fruto de la situación puede llegar a perder los más humano de un corazón con estas expresiones. Me niego a pensar que es el sentir de la mayoría de los guardias civiles. 
               Una pareja de ellos se acerca, catorce personas por esa carretera no debe ser en exceso habitual. Nos preguntan sorprendidos y no acaban de entender un viaje desde Madrid para conocer este sitio. Dos kilómetros más arriba, nos los volvemos a encontrar. Con exquisita cortesía nos indican la forma más rápida de volver a casa. Quizá ya con tiempo de valorar lo un viaje así expresa de renuncia para un grupo de jóvenes frente a ofertas como la playa o un crucero.
               El paseo por la valla se hace en estado de indignación. Entiendo las fronteras. Creo en ellas. Valoro su utilidad y no partir de estos modelos de gestión política es navegar en las irresponsabilidades. Pero este es uno de los pocos lugares que recuerdo en los que he sentido vergüenza de mi país. No reconozco en él nuestros valores, nuestra hospitalidad, nuestro carácter acogedor y festivo. No puedo evitar el rechazo y la queja por no encontrar alternativas igualmente eficaces y más honrosas a la gestión de esta frontera.
Y el campo de golf, me resulta, sencillamente insultante, un icono bochornoso, una provocación indecente. Seguro que era la ubicación más apropiada pero, con todos los respetos, hay espacios que no pueden ser prostituidos por la carga de dignidad que encierran dado el sufrimiento almacenado. Lo prohibiría inmediatamente como lo haría con la construcción de un casino para amenizar las visitas a los campos de concentración polacos.
               Un divertimento artificioso, en el norte de África, que expresa el culpable olvido con los países en vías de desarrollo. Aquí, para colmo, los participantes tienen que contemplarlos si quieren seguir el rastro de sus bolas.
               Nuestros jóvenes hace minutos que no articulan palabra. Solo contemplan con horrible admiración e inmenso respeto el espectáculo de la valla.
               Desde la cima de la primera loma, hacia el Norte la mirada recuerda a la Gran Muralla china por la longitud que se pierde en el horizonte. Hacia el Sur, la valla completa el macabro bodegón con el campito de golf. 

Al girarme en esa dirección, me alcanza el último de los jóvenes que cierra la fila. Viene llorando, sin pronunciar palabra, buscando en el retraso un espacio de intimidad: ha comprendido dónde estamos.

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Desde la popa del Ferry se toma conciencia de la inmensidad y de la pequeñez. Llevamos más de 5 horas sin divisar otra cosa que horizontes con una panorámica que escapa de la monotonía por la inmensa gama de tonalidades del mar y por el maravilloso juego de luces entre el sol y las nubes.
A nuestro paso vamos generando un rastro que parece por momentos una inmensa alfombra de colores turquesas verdaderamente evocadora.
Un regalo de viaje que estamos disfrutando como niños que se estrenan ante lo desconocido: la rampa de embarque, el garaje para los vehículos, la elegancia de los salones, la cantidad de espacios y diversiones posibles, una piscina y un solárium para amenizar las horas si por un rato uno necesita recuperarse de la borrachera de belleza en cubierta. Una verdadera experiencia de disfrute.
En las conversaciones espontáneas, coincidimos en dos paradojas: tratando acercarnos a la experiencia de los migrantes, lejos de ir en patera hemos acabado en un crucero de verdadero lujo. Pero, a la luz de las palabras de nuestros amigos migrantes, es imposible que el mar no despierte la imaginación tratando de intuir la experiencia en una patera. 5 horas a velocidad de crucero sin ver nada, horizontes, mar, agua y nada… 6 horas para cruzar un mar que, efectivamente, no era tan benévolo como ayer podríamos querer percibir.
Hay otra diferencia entre nuestro pasaje y el de un migrante en la patera. El nuestro ha costado 35 euros. El puesto de una patera no vale menos de 50 euros. Si uno quiere salirse de la gama de lanchas de goma no será por menos de 100. Si aspira a algo más cercano a lo que, en condiciones normales llamaríamos barquita, nos vamos a los 600. Con todo, las barcas que este Ferry porta, para un eventual salvamento, reúnen mejores condiciones que el catálogo descrito.
85,60 mm x 53,98mm 9x5 cms. Son las dimensiones de una tarjeta con poderes mágicos. La tenemos guardada en la cartera durante la mayor parte del año sin hacer uso de ella. Por supuesto, sin reparar en la suerte de contar con ella.
Lo hacemos llamar DNI y es el único requisito para poder subir a este lujo de barco. Nos la han pedido para embarcar y solo con mostrarla se han abierto todas estas posibilidades a 35 euros. No nos han preguntado si hemos ido a votar o no, como mínimo ejercicio de responsabilidad con el país al que pertenecemos. No nos han preguntado si evadimos impuestos o cumplimos con las obligaciones fiscales. No nos han preguntado si hacemos voluntariado o participamos en actividades para el bien social, o simplemente adoptamos una posición de ciudadanía pasiva y parasitaria. No nos han preguntado qué estaríamos dispuestos a hacer por nuestra familia y si seríamos capaces de arriesgar lo que fuera por cruzar los mares que conducen a mejores oportunidades. No nos han preguntado si vivimos preocupados por las urgencias y dolores de otros o si simplemente estamos condenados en nuestro propio egoísmo.

Simplemente somos portadores de la tarjeta mágica de 9x5. Y esa suerte, que no hemos escogido, marca la distancia entre la tumbona en el solárium del Ferry, y el remo en la barca hinchable que es el grotesco ataúd para tantas personas.





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