Juan José Aguirre Muñoz es un obispo de la República de Centroáfrica. Cordobés y perteneciente a los combonianos, ha sido propuesto para el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.
Recientemente ha publicado un libro sobrecogedor en PPC titulado «Solo soy la voz de mi pueblo» que me tiene cautivado.
En lenguaje narrativo, relata sus experiencias y reflexiones más íntimas.
Una muestra de sus meditaciones:
«Aquí se muere por muy poco»
En África amanece temprano. Un cuarto de hora antes de la misa de las seis de la mañana vi que por el camino venía un grupo de gente con una carretilla en la que transportaban a una mujer, Rosa, treinta y cuatro años, embarazada de cinco meses. Parece que el niño ha muerto dentro y quiere que la madre se vaya con él. No han encontrado otro medio más que esta vieja carriola para transportar a Rosa y su hijo muerto, los 62 kms que la separaban de la maternidad. El marido y los parientes venían exhaustos. Además les había llovido en varios momentos de la noche. Ahora, por la tarde, me entero de que un enfermero local la operó a las ocho de la mañana, pero Rosa murió a primera hora de la tarde. Fue el niño, o el agotamiento, o los baches, o la infección...
Fuera lo que fuese, pienso que esta vida joven merecía otro final. Ni siquiera es digno que vuelvan con la carretilla y el cadáver otros 62 kms de vuelta para llorar a Rosa en su pueblo natal. Los miro apesadumbrados con el cadáver a cuestas y pienso que se muere por muy poco aquí, la muerte sigue estando barata, a diferencia de otras muchas cosas.
Dice el proverbio: «Quien no es capaz de entender una mirada no podrá nunca entender una larga explicación».
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